La administración pública, no se caracteriza por motivar y mucho menos por agradecer, el buen trabajo a sus empleados. Es más, suele recompensar de la misma forma al mal funcionario que al excelente servidor público.
Normalmente, a un buen servidor público los agradecimientos y reconocimientos le llegan o de un ciudadano agradecido o de los compañeros que conocen su labor.
Por esto, me decido a escribir estas líneas en agradecimiento a dos magníficos servidores públicos: Javier Lerendegui Ilarri y Gaspar Ferrer Soria.
Javier y Gaspar, son dos espléndidos empleados públicos, cada uno en su responsabilidad y con estilos bien diferentes. Gaspar es todo energía, todo ilusión, todo facilidades. Javier es siempre prudencia, sensatez, eficacia.
Fundador y alma del CATEDU, Gaspar, ha levantado desde la nada más absoluta, un meritorio centro que ha dado soporte tecnológico actualizado a todo docente interesado en este tipo de desarrollos. Ha conseguido, entre otros muchos logros, que cualquier centro de Aragón pueda disponer de plataforma de e-learning propia.
Javier Lerendegui, ha sido el responsable de hacer la gran inmersión TIC en los centros aragoneses. Llámese programa Ramón y Cajal o escuela 2.0, con su liderazgo, Javier, ha propiciado a todos los centros que han querido, la posibilidad de una gran renovación metodológica utilizando las TIC’s.
Es evidente que no lo han hecho solos, que muchos han arrimado el hombro, pero ellos, de los que en este momento se prescinde por parte de “las altas instancias”, son el exponente de un modo de hacer las cosas que, desde mi modesto punto de vista, es el que hace grande “lo público”, últimamente tan denostado, pero que gente como ellos ponen en valor.
Por todo esto, como profesor de un centro público Aragonés, vaya mi agradecimiento a estas dos personas y a todos los que como ellos se han esforzado hasta el límite en el intento de difundir y promocionar las TIC en la escuela. ¡MUCHAS GRACIAS!